El legislador de la Capital, Agustín Payes (PJ) defendió sus proyectos de ordenanza que tienden a establecer medidas proteccionistas para el medioambiente de la ciudad. Recordó que la Constitución Nacional, y la Provincial, establecen restricciones para los elementos radiactivos.
Por ello propone establecer una normativa regulatoria también en el Municipio, dado que “en política ambiental la máxima norma del Estado argentino fija la concurrencia de facultades de las jurisdicciones para legislar.
Por eso es que el municipio puede tener ordenanzas que establezcan medidas proteccionistas en materia ambiental”. Remarcó que los daños ambientales que ocurren en la actualidad tienen efectos por largos años, y que en ocasiones acarrean afecciones a la salud que son irremediables.
En este sentido, explicó que su proyecto de ordenanza para la prohibición del uso, producción, traslado y almacenamiento de material nuclear tiende a evitar que en el futuro se contaminen áreas de la cuidad. “En algunas provincias argentinas no existen áreas restringidas para el manejo de residuos y material nuclear.
En esas zonas existe riesgo que la población sufra daños irreversibles por la imprevisión del legislador”. Por otra parte, indicó que otra iniciativa de su autoría propone reemplazar las bolsas plásticas por bolsas de papel en los comercios, sobre todo en los que el existe gran caudal de ventas.
La idea de la ordenanza se fundamenta en que el plástico genera inconvenientes causados por la industria química en general. Es por ello que estas bolsas tienen efecto sobre la salud de los habitantes de las ciudades, especialmente de los barrios pobres. La acumulación de este tipo de residuos causa enfermedades como el cáncer y desarreglos sexuales producidos por moléculas estrógenas y el nonilfenol.
La necesidad de fijar una normativa prohibitiva se funda en que “no existe en el Ejido Municipal, fábricas dedicadas al reciclaje mecánico y químico de los plásticos, es decir, no se desarrollan nuevas técnicas de gran complejidad que permitan reciclar no sólo el polietileno sino todos los plásticos”.
Es por ello que propone “una campaña de concientización sobre el perjuicio que causa el uso de las bolsas de polietileno instando al comercio local y a los consumidores a utilizar bolsas de papel”.
Además establece la puesta en marcha de “una intensa campaña publicitaria consistente en folletería, clases educativas referidas a la contaminación del medio ambiente, difusión en los distintos medios de comunicación, respecto del tema invitando a la comunidad educativa y toda organización interesada en el tema del medio Ambiente, a los efectos de acordar una política en común destinada a desalentar y/o el uso de la bolsa de plástico”.
Para fomentar el uso de bolsas de papel faculta al Poder Ejecutivo a exceptuar del cobro de tasas a los comerciantes que rechacen el uso del polietileno. Y “a firmar convenios con los distintos comercios a los fines de acordar la eliminación de la entrega de bolsas de plástico a los clientes”.-
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